El futuro no es el mundo perfecto y tecnológico con el que se soñaba en el pasado. El aumento de población y la falta de recursos han empujado al ser humano a colonizar las estrellas.
Con el descubrimiento de la velocidad de torsión, en donde las astronaves pasan a una dimensión que les permite teletransportarse casi instantáneamente a cualquier distancia en el espacio, la humanidad comienza su conquista de la galaxia.
En la constelación de Erídanus, a unos 72 años luz de distancia, se descubrieron un grupo de lunas con recursos como: agua, oxígeno, y otras riquezas necesarias para el desarrollo de las colonias terrestres. Pero en vez de una alegría para la humanidad, fue su peor pesadilla. Grandes corporaciones empezaron una guerra por los recursos lunares que se extendió durante casi trescientos años.
La guerra se libró sobre la superficie de las lunas en enfrentamientos entre distintas facciones. Nadie se atrevió a utilizar armamentos pesados por miedo a destruir los recursos naturales.
En los últimos años de la guerra, se crearon los comandos de híbridos mutantes. Soldados con alteraciones genéticas mezclando ADN humano con el de animales. Se les dio el nombre despectivo de peludos.
La guerra finalizó, y los pocos híbridos que no murieron, sobreviven trabajando para los gobiernos en misiones suicidas. Eso en el mejor de los casos. Otros acabaron malviviendo como mercenarios, guarda espaldas o, incluso, asesinos a sueldo.
Estas son las aventuras del comandante Chip Chipiritas. quién trabaja para el ejército en misiones peligrosas.